¿Sientes que tu hijo a menudo te causa frustración o que tienes que amenazarlo, gritarle para que siga alguna indicación tuya? ¿A veces sucede que no tienes ganas de estar con tu hijo? ¿Alguna vez has sentido que tu hijo no es de tu agrado y te has sentido terriblemente mal por eso? ¿Te has criticado por no saber cómo actuar frente a sus comportamientos? ¿Te preocupa que alguna vez puedas lastimar a tu hijo? Si has respondido afirmativamente alguna de estas preguntas, es posible que hayas caído en una trampa parental.

Una trampa parental en el TDAH es un situación o una forma de pensar autodestructiva en la que los padres o cuidadores suelen caer y no saben cómo salir de ella. Esta trampa aumenta el nivel de estrés y dificulta la crianza. No eres el único o única, todos los padres en algún momento caemos en trampas parentales, la idea es tomar conciencia de ellas y comenzar actuar.
Las trampas más comunes son:
Perder el control
Pensar que nuestros hijos hacen las cosas intencionalmente
Culpar a nuestros hijos por nuestras reacciones
Pensar que nunca van a cambiar
No responsabilizarnos de nuestros actos.
La trampa "perder el control" es la más frecuente, y ocurre cuando los padres caen en la lucha de poder con el niño o la niña. Es aquí donde lo padres responden a la conducta problema con peleas, discusiones, críticas, pueden gritar al niño, amenazarlo, dejar de hablarle, compararlo con otros niños, incluso hasta golpear o lastimar al niño. Si esto ocurre a menudo, la vida familiar se puede volver muy estresante.
La trampa "pensar que nuestros hijos hacen las cosas intencionalmente" ocurre cuando los padres piensan que sus hijos se portan mal a propósito y los culpan por sus comportamientos. Les dicen cosas que los hace sentir culpables: ¿por qué no puedes hacer solo lo que te pido?, o los insultan diciéndoles "tonto", "testarudo", "egoísta", "distraído" etc. o culpan al niño "siempre haces lo mismo". Este tipo de trampa va creando resentimiento en los niños y en los padres.
La trampa "culpar a nuestros hijos por nuestras reacciones" ocurre cuando los padres creen que no habrían lastimado al niño si se hubiera comportado bien. Esto sucede cuando los padres no tienen expectativas realistas sobre lo que el niño es capaz y creen que el niño tiene la intención de lastimarlos, los padres perciben al niño como una amenaza.
La trampa "pensar que nunca va a cambiar" ocurre cuando los padres suponen que la conducta problema del niño es una característica propia del niño o niña que no puede cambiar. Si los padres piensan de esta manera, les impide enseñar a sus hijos habilidades de autocontrol.
La trampa "no responsabilizarnos de nuestros actos" ocurre cuando los padres justifican su forma de reacción o la pérdida de control con sus hijos al hecho de que se sienten cansados, haber tenido un mal día, estar estresados, y no asumen que esas razones no son motivos para tratar mal a sus hijos o perder la calma frente a un mal comportamiento.
Si sientes que caes en alguna de estas trampas parentales, te cuento que hay maneras de trabajarlas y superarlas. Para eso necesitas entrenamiento y educación parental para el TDAH. Contáctame y te explico cómo puedes aprender a salir de ellas.
Malena Huamán
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