La edad más frecuente en que se diagnostica el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es al inicio de la escolarización (6-7 años).
El TDAH en la infancia es un desafío tanto para los profesores como para los padres, y las dificultades que enfrentan los niños con este trastorno suelen manifestarse en varias áreas de su vida diaria.
En el entorno escolar, es común escuchar a los profesores expresar frustraciones sobre ciertos comportamientos. Niños con TDAH tienen dificultades para prestar atención durante toda la clase, interrumpen constantemente, se distraen con facilidad y buscan cualquier excusa para moverse. No es raro que sean los que responden preguntas sin levantar la mano o incluso antes de que la pregunta esté dirigida a ellos. Este tipo de comportamiento no solo interrumpe el flujo de la clase, sino que también resalta sus problemas con el autocontrol y la impulsividad.
En casa, los padres se enfrentan a sus propias luchas. Algo tan simple como sentarse a la mesa durante toda la cena puede convertirse en una batalla, ya que el niño no deja de moverse, balancear las piernas o golpear la mesa con las manos. Incluso viendo televisión, es probable que no se quede quieto, cambiando de postura constantemente. Esto puede generar una gran frustración, ya que el esfuerzo de mantener un mínimo de calma en actividades cotidianas se convierte en una fuente de estrés constante para los padres.
El orden y la disciplina también representan un desafío. Los padres a menudo se encuentran repitiendo instrucciones varias veces porque sus hijos parecen ser incapaces de formar hábitos básicos, como lavarse los dientes o separar la ropa sucia. Luchar con una mochila desordenada, útiles escolares extraviados o no saber dónde dejaron la agenda son situaciones comunes que terminan generando más conflictos en casa.
Ante esta situación, es comprensible que algunos padres opten por ser más autoritarios, llegando a castigar a sus hijos repetidamente, aunque sin los resultados esperados.
Otro aspecto clave es el manejo del tiempo. Los niños con TDAH a menudo parecen vivir como si el reloj no existiera. Toman más tiempo del habitual para aprender a leer la hora, llegar puntuales a los lugares o entender rutinas simples como lavarse las manos antes de comer. Incluso actividades cotidianas como ordenar su espacio al terminar las tareas requieren un esfuerzo adicional de parte de los padres para recordarles cada paso.
Es importante destacar que no todas las situaciones son problemáticas. Los niños con TDAH pueden mostrar mejoras notables en contextos muy estructurados o en actividades que les resulten sumamente interesantes. Bajo una supervisión estrecha y en un ambiente tranquilo con normas claras y firmes, los síntomas pueden disminuir significativamente.
Esto refuerza la idea de que los síntomas del TDAH son variables según la situación.
En definitiva, los padres y profesores deben entender que los comportamientos relacionados con el TDAH no son actos deliberados de desobediencia, sino manifestaciones de dificultades en el manejo de la atención, el tiempo y el autocontrol.
Con un enfoque adecuado, las estrategias correctas y mucha paciencia, es posible manejar mejor estas situaciones y ayudar a los niños a desarrollarse de manera positiva.
María Elena Huamán
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Parellada, M. (2009). TDAH. Trastorno por déficit de atención e hiperactividad. De la infancia a la edad adulta. Madrid, España: Alianza Editorial.
Barkley, R. (2013). Defiant Children. A Clinician´s Manual for Assessment and Parent Training (Third Edition). New York: The Guilford Press.
Barkley, R. (2013). Taking Charge of ADHD The Complete Authoritative Guide for Parents. (3ra. Edición). New York: The Guilford Press
Comments