Una pregunta frecuente que nos hacemos los padres de niños y adolescentes con TDAH es “¿Por qué no puede mantenerse atento a las tareas difíciles que demandan esfuerzo? Y ¿Por qué si lo hace cuando está frente al videojuego?

Diversas investigaciones han demostrado que existen rezagos en el desarrollo de ciertas regiones cerebrales, y una de ellas es el circuito neuronal conocido como “sistema de recompensa” que involucra al núcleo accumbens, una región cerebral relacionada con el placer y la recompensa.
Antes se pensaba que el TDAH solo era una alteración cognitiva, que solo afectaba a la atención propiamente dicha. Ahora se ha confirmado que también hay problemas para mantener esa atención por alteraciones en el proceso de motivación, y es esa la razón por la que los chicos mejoran su atención cuando tienen una recompensa inmediata, como por ejemplo cuando están frente a los videojuegos.
Se necesita tener también un determinado nivel de dopamina para ir liberándola en pequeñas dosis cada cierto tiempo: así mantenemos la motivación a largo plazo. En síntesis, la motivación en el TDHA es como el “combustible” que nos lleva a la acción.Los niños con TDAH tienen gran dificultad en reunir ese “combustible” para realizar un trabajo que requiere esfuerzo y que puede ser aburrido, tedioso y prolongado.
Tenemos dos tipos de motivación:
Motivación interna, que viene a ser el deseo de involucrarse en una actividad simplemente por el motivo de participar en ella y sentir una satisfacción de logro o placer.
Motivación externa, que es despertar el interés mediante recompensas como por ejemplo premios, puntos, o atención positiva.
La motivación interna o lo que otros llaman dirección, persistencia, ambición, determinación o voluntad, depende de las características biológicas y de la educación recibida del entorno.
Podemos observarla a edades muy tempranas, alrededor de los 2 años de edad, en la que el niño tiene el deseo de descubrir el mundo que le rodea, explorando. Es este tipo de motivación donde los niños con TDAH tienen muchas dificultades.
Les es difícil crear una motivación privada, interna de forma tan efectiva como lo hacen los demás, por lo que no pueden mantenerse en actividades, planes o metas tan bien como los otros niños cuando el incentivo es pequeño.Cuanto más aburrida y poco reforzante es una actividad, más difícil se hace realizarla para estos niños. Esto significa que dependen mucho de la motivación externa, cuando estas no existen, abandonan el trabajo, no por pereza, sino por problemas biológicos relacionados con ese circuito neuronal.
Entonces ,¿cómo podemos motivar a un niño con TDAH?
Los niños con TDAH suelen requerir fuentes de motivación externas para mantenerse enfocados. Es útil ofrecer incentivos concretos que generen interés y entusiasmo, como una comida especial, un pequeño regalo, tiempo extra para ver televisión o jugar videojuegos.
También puedes implementar un sistema de fichas o puntos, donde el niño pueda acumularlos para obtener un privilegio en el futuro.
Es importante reforzar el esfuerzo, no solo los resultados. Valorar cada paso que da el niño, en lugar de enfocarse únicamente en la meta final, lo ayudará a sentirse reconocido y motivado.
Para las tareas largas, divide el trabajo en pequeñas partes y ofrécele palabras de aliento cuando complete cada sección.
Además, resalta siempre los aspectos positivos de sus acciones; hacerlo con frecuencia fortalece su autoestima y motivación.
Enséñale a ver los errores como una oportunidad para aprender y mejorar, en lugar de centrarse en los fracasos. Esta perspectiva le permitirá desarrollar una mayor resiliencia frente a los desafíos.
María Elena Huamán
Referencia bibliográfica
Fuente: Barkley, R. (2021). 12 Principles for raising a child with ADHD. The Guilford Press. New York. London.
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